El regalo del Año Nuevo: La Aventura de un Padre a Través de los Retos y Esperanza.
1/1/20254 min read


Sería injusto decir que este fue un mal año, en especial para aquellas personas que en realidad sí lo concluyen con una situación de crisis severa ya sea en salud, familia o economía, aunque parece haber en la naturaleza de la mayoría de nosotros cierta tendencia a la compensación en nuestra interpretación de la realidad pues sacamos el optimismo en las malas y el pesimismo en las buenas, en mi caso mi sistema de compensación me ayuda a terminar el año con agradecimiento, hambre y humildad, y por eso, por encima de todo, me siento con esperanza y eso es maravilloso. Sin embargo, sí puedo decir que ha sido un año con más retos de lo común.
Cambios Políticos e Incertidumbre
Comienzo con un punto que supongo fue medular para muchos este año: los cambios políticos naturales y la incertidumbre del inicio de un nuevo sexenio siempre traen temor. La inestabilidad financiera y las decisiones políticas pueden afectar tanto a nivel personal como profesional, y es un desafío constante adaptarse y encontrar estabilidad en medio de estos cambios.
Desafíos Personales
A nivel personal, mi hijo de 3 años estuvo hospitalizado una semana, incluso algunos días con oxigenación, una experiencia que cualquier padre encuentra aterradora y agotadora. Ademas durante 8 o 9 meses estuve al pendiente de mi perro, tratando de estabilizar su salud con tratamientos, médicos, medicinas, etc., hasta que finalmente en noviembre falleció después de haber sido parte de mi familia por muchos años. Fue un periodo difícil, lleno de visitas al veterinario y expectativas que no se cumplieron.
Retos Empresariales
En el ámbito profesional, nuestra empresa familiar enfrentó cambios políticos, falta de economía, falta de trabajo y deuda con intereses y créditos. Mi inmobiliaria, aunque activa y relativamente joven (menos de 2 años) aumento su inventario pero se vio afectada en la conclusión de sus operaciones, pues el cierre de año impidió trámites en algunas operaciones en curso a mediados de diciembre, lo cual aumentó mi preocupación personal de liquidez. Debo confesar que pasé cerca de 1 semana sin poder dormir, intentando descifrar qué hacer mientras las operaciones de la inmobiliaria se retomen en enero y la empresa familiar reactive su economía (aunque las deudas de tarjetas, gastos de hospital, etc., y los compromisos no parén).
Lecciones desde el Mar
Como parte de un viaje que ya estaba programado y a solicitud de mi esposa, fuimos con la familia al mar hace unos días. Un día antes de regresar, mientras jugaba con mi hijo de 3 años en la playa, construíamos un pequeño castillo de arena. Sentí una mezcla extraña de presión propia de los padres, supongo, cuando sentimos a la vida venir de manera imparable al ver a nuestros hijos, vigilando con ojo de águila la cuenta de ahorros y al mismo tiempo paz porque es feliz. Entonces, mi hijo, con su mano, destruyó el castillo. Le dije: “¿Qué onda? Tiraste el castillo, chavo”, a lo que él respondió con ternura e inocencia: “Papi, no pasa nada, lo volveremos a hacer”.
Esa fue la lección más maravillosa que Dios me ha dado en los últimos meses a través de él: "No pasa nada, lo volveremos a hacer". Me di cuenta de que no debía perderme esos momentos por preocupaciones económicas. Mi esposa, bendita sea, ayudó con algunos de los gastos, especialmente en noviembre y diciembre, cuando más se complicaron.
Agradecimiento y Humildad
Termino este año con agradecimiento a Dios. Este año me trajo miedo y escasez, sí, especialmente económica, pero a cambio, generó la abundancia que la humildad trae consigo y el hambre necesaria para apreciar y valorar más el trabajo y a los amigos nuevos y no tan nuevos que nos acuerparon durante la hospitalización de mi hijo, amigos no médicos en lo moral y emocional y amigos médicos ademas también en lo técnico. Mi inmobiliaria terminó con mi primer cliente desarrollador para la promoción de su fraccionamiento, también con la oportunidad de trabajar con mis hermanos en algunos proyectos, con nuevas alianzas, amistades y la empresa familiar con trabajo contratado en el último día del año, digamos con el gol que da paz en el último minuto del primer tiempo de un partido de fútbol. Los tiempos de Dios son perfectos. En el ámbito profesional, he crecido desarrollando habilidades personales y un sentido de la necesidad más agudo, generando creatividad y actitud. En lo personal, estoy agradecido por la salud de mi esposa, hijo, padres y hermanos. Mi perro descansa en paz, y hoy, 31 de diciembre, tengo techo, comida y risas que me esperan por la noche.
Metas para el Año Nuevo
Para este año nuevo, en lugar de 12 deseos, los invito a hacer el ejercicio de las uvas en dos partes: primero elegir 6 metas (no deseos, metas difíciles pero alcanzables) y después 6 cosas que dejarás de hacer para lograrlas. Este año, prueba dar más poder a tus "no" y verás lo que sucede de manera natural con los "sí" que decidas dar a aquello que quieres lograr.
Que este nuevo año nos traiga paz, salud y crecimiento personal y profesional. ¡Feliz 2025!