El arte de enfrentar la realidad: lecciones de una conversación casual
Los desafíos de la vida adulta con un enfoque práctico y equilibrado para bucar tus metas sin sacrificar tu paz mental.
12/14/20243 min read


Ayer, en el cumpleaños de una amiga de mi esposa, tuve una conversación muy divertida con su hermano. Esta charla me llevó a reflexionar sobre cómo lidiamos con las presiones de la vida adulta, tema del cual hablaré en este artículo.
Recuerdo a mi padre llegando a casa del trabajo con una energía digamos que “pesada". Su ritual de la noche incluía sentarse frente a la televisión con mi mama y un tequila cada uno, mientras nosotros teníamos prohibido molestarlo durante su telenovela de las 7 a las 8 pm. Esto era su mecanismo de escape, consciente o no, para lidiar con el estrés.
La mayoría de nosotros tenemos metas en la vida: mejorar la salud, tener hijos, salir de deudas, comprar una casa, o progresar en nuestra carrera. La motivación es fundamental, pero el problema surge cuando nuestro autoconcepto depende demasiado de alcanzar estos objetivos, esa separación realidad-expectativa genera ansiedad y dolor.
No podemos negociar con la realidad pero si podemos esforzarnos al máximo para cambiar lo que no nos gusta, pero no podemos negarla. Si enfrentamos dificultades como un matrimonio en crisis, problemas financieros, o de salud no deberíamos negar que existen sino aceptar nuestra situación, reconstruir nuestro autoconcepto desde ahí y buscar nuevas soluciones.
La búsqueda de seguridad es una ilusión, ¿pero que tal practicar la paz mental frente a los problemas? Resolverlos y seguir adelante. Imagina que bonito debe ser cambiar una llanta ponchada (problema) sin mentarle la madre al bache (conflicto) y continuando tu vida con paz mental.
Cada meta implica desafíos con altibajos, y es importante separar los problemas de los conflictos. Un problema se resuelve; un conflicto es el sufrimiento añadido. Los problemas deben ser abordados y resueltos, mientras que los conflictos, en términos de drama emocional, deben ser gestionados para evitar que afecten nuestra capacidad de resolver problemas.
Mi interlocutor de ayer, Diego, mencionó que cada decisión implica un sacrificio. Ya sea sacrificando dinero para tener más tiempo personal o invirtiendo tiempo para lograr paz financiera, ambos aspectos tienen una correlación profunda, personalmente creo que es una verdad a medias, añadiría que el equilibrio se encuentra no en elegir una o la otra, sino en saber dónde y como colocar cada elemento en nuestra vida.
A lo largo de mis 42 años, he aprendido que mantener el 70-80% de mi vida estable y construir sobre esa base es crucial. Invertir de manera segura como negocios lo mejor analizados posibles, fondos de inversión, y negocios inmobiliarios, mientras me mantengo atento a oportunidades más volátiles, me permite estirar los extremos a partir de un centro estable.
En términos prácticos, esto significa definir metas a largo plazo y dividirlas en hitos alcanzables. Por ejemplo, hace tres meses decidí correr una carrera de 250 km. Empecé fortaleciendo poco a poco, aumentando la distancia de mis carreras, hasta ahora llevo 5k, 10 k y voy por mis primeros 15 k para las próximas semanas, este 2025 voy por mi primer medio maratón y maratón. Esta metodología de pulverizar metas en hitos me ayuda a manejar el tiempo y los recursos eficientemente
También aplico este enfoque en mi vida laboral: liquidando adeudos, estableciendo metas de ventas alcanzables, estandarizando procesos y aumentando mi oferta de valor. Todo esto, mientras mantengo una vida equilibrada, atendiendo mi salud, y gestionando el estrés con estrategias como oración, ejercicio, tinas de agua helada, lectura, etc.
Invito a todos a desarrollar sus propios métodos. Recuerda, crecer a través de la realidad y no frustrarse en una realidad que no nos gusta, es la clave para una vida equilibrada y plena.